
El porqué de un querer
Tengo una herida de amor
que no consigo sanar
y es que no puedo olvidar
el porqué de mi dolor.
El porqué tiene sentido
cuando la vida lo tiene,
cuando mi amor se detiene
por no haberte conseguido.
Fantasía de piratas,
grandes bosques encantados…
Todo sueños enlatados
para el niño que anda a gatas
No existen ya las almenas,
ni ventanas enrejadas,
ni los príncipes, ni hadas…
pero perduran las penas.
¿Será más triste el soñar
que descubrir la verdad
perdiendo felicidad
por no poderte alcanzar?
Pero un día la carretera
me hizo dejar de soñar,
me obligó a reflexionar
que tú eras mi compañera.
En un cruce se acababa
la grandeza de un querer,
que no lo supe tejer
mientras la aguja enhebraba.
Y es que hay veces que el destino
se encarga de regalar
ese día para soñar
que se va tal cómo vino.
No sirvió decir: «te quiero»,
y vago por los desiertos
yo junto a mis versos muertos,
solitario en el sendero.
Gracias a Dios estoy vivo
pero desde ese momento
mi corazón late lento
pues de tu amor soy cautivo.
¿Cómo se puede seguir
manteniendo la ilusión
de un ya triste corazón
que no sabe a donde ir?
Hoy no quiero desistir
a quererte con tesón,
quizá sea la explicación:
«se que hoy tú eres mi vivir».
Yo espero que un día mis ojos
oigan decir a los tuyos
que incluso los versos libres
encuentran su propia rima.
© Chimi, Diciembre de 1995.
- FOTOS:
- LORDÁN, M.A.
- PUBLICACIÓN:
- CHIMI. El porqué de un querer. (1995, diciembre). El rincón de los famosos.
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