
No llegan a 250, los agricultores oscenses que han podido acogerse a la jubilación anticipada
HUESCA.- El día 12 de diciembre, y dentro de los actos conmemorativos del XXX Aniversario de la ECA, se celebró Huesca la primera conferencia organizada por la Asociación de ex-alumnos «La Granja».
El tema de la charla-coloquio fue, más que interesante, preocupante, pues la reforma agraria que se prepara en Bruselas a través del programa «Agenda 2000», va ha ser mucho más significativa y drástica que la de 1992 con la Política Agraria Común (PAC), como así lo indicaron los ponentes Lázaro Laliena y Leandro Lobera, pertenecientes a la sección de Ayudas del Gobierno Aragonés.
Con la aplicación de la PAC llegaron los cupos a las producciones agrícolas y ganaderas, se perdieron las dobles cosechas en las zonas de regadío, y la burocracia hizo mella y privó de ayudas a los agricultores que no estaban preparados y no supieron asesorarse correctamente.
Aún así, en nuestra comunidad, desde 1992 las ayudas de Bruselas han supuesto un montante de 57 mil millones de pesetas, es decir, más de la tercera parte de la renta de Aragón.
Dentro de las grandes ventajas que la UE vio en es esta reforma estaba la reducción del gasto presupuestario, y en España, a pesar de la bajada de los precios de garantía del FEGA, el mercado reaccionó por encima de ellos gracias entre otras cosas a la devaluación de la peseta y la subida del euro. Sin embargo, ahora la UE reacciona ante el acercamiento de Chipre y los Países del Este y a esto se le suma entre otras cosas el incremento del gasto presupuestario, por lo que se ha decidido preparar una nueva reforma, la Agenda 2000, que afectará principalmente a los cultivos herbáceos, la carne de vacuno y la leche; y por contra, los que parece que van a salvarse de la quema son los productos mediterráneos, es decir, el vino, el aceite y el tabaco, de los que se sigue discutiendo en Bruselas sin llegar a acuerdos definitivos.
Entre las medidas aplicables está la nueva bajada de precios, pero esta vez no gradual, el pago en función de superficie sin distinción del tipo de cereal que se cultive -excepto en oleaginosas- y el condicionamiento de ayudas enfocadas al tipo agroambiental, por lo que se va a forzar a los agricultores a reducir los costes de producción y será casi imprescindible el obtener una mayor calidad ante la presumible invasión de productos foráneos a precios más competitivos.
Por otra parte se estudia el establecer unos topes económicos en las ayudas, es decir, establecer un límite en el sumatorio total de ayudas recibidas por el agricultor, medida que en Aragón afectaría a pocos agricultores y ganaderos, al contrario que ocurriría en las regiones de los grandes latifundios encabezadas por las comarcas británicas.
Otra de las novedades será que la UE aportará tan sólo el 50 por ciento del dinero que componga la ayuda y el resto saldrá equitativamente de los fondos de cada país y la comunidad autónoma correspondiente.
Para Lázaro Laliena el hecho de la graduación y diferenciación por regiones y explotaciones, así como el condicionamiento de las ayudas, son los factores más preocupantes y apuntó incluso el hecho de que las subvenciones puedan ir ligadas a los seguros agrarios como ya sucede en países como EEUU. Laliena también dejó claro que «las explotaciones agrarias familiares deben tender hacia una extensificación de tierras mediante el arrendamiento» y para ello apuntó que había que «rebajar los costes de producción y no tender hacia fomentar la producción sino la calidad».
Respecto a los requisitos necesarios para optar a las ayudas estructurales de mejoras e inversiones regidas en Aragón por el BOA del 26/11/97 los solicitantes deberán cumplir como requisitos el ser titulares de explotación, tener entre 18 y 60 años, ser agricultor profesional -con más del 50 por ciento de su renta procedente del sector agrario- y tener capacitaciones profesionales del orden de Formación Profesional o titulaciones superiores.
Las ayudas a los jóvenes que decidan instalarse en el sector agrario serán destinadas a la compraventa de tierra, gestión del agua, plantación de frutales -cerezo, almendro, vid, olivo y ciertas variedades de melocotón; la pera y manzana tan sólo en zonas perjudicadas por pedrisco de la Litera y Bajo Cinca- y respecto a las inversiones ganaderas están la construcción de granjas para vacuno con cota lechera, ovino, conejo y avestruz, mientras que el porcino y las aves quedarían al margen de ser auxiliables. Por otra parte sí que recibirían subvención los proyectos de invernaderos y las salas de manipulación y clasificación de fruta.
En el caso de ayudas al plan de mejora, es decir, agricultores establecidos, podrían optar a ayudas en todos los requisitos anteriores excepto en la compra de tierras.
El plazo establecido para solicitar estas ayudas terminó el 30 de enero de 1998 y se regirán en función de prioridades como las zonas desfavorecidas, inversiones fuera de la explotación familiar, agricultores menores de 30 años, cotitulares de explotaciones con al menos un 30 por ciento de titularidad y plantaciones de olivos en regadío entre otras. Estas ayudas han disminuido respecto a ejercicios anteriores en casi un 30 por ciento, es decir que ahora son de 1.8 millones de pesetas de ayuda directa y otro tanto para la financiación de los créditos a 5, 8 u 10 años, en función de las necesidades, y de hasta 24.7 millones en las asociaciones colectivas.
Respecto a una orientación de lo que puede salir más rentable Leandro Lobera apuntó que «no está claro que es lo más indicado» aunque si que dejó claro que es muy importante inscribir la explotación en el registro de explotaciones prioritarias, pues los agricultores con renta comprendida entre el 30 y el 120 por ciento de la renta de referencia podrían acogerse a ventajas y exenciones fiscales. En este momento en la provincia de Huesca hay unas 2000 explotaciones acogidas a esta modalidad.
El último tema que se abordó en la charla fue el de la jubilación anticipada y del cual dijo Lobera que «lo han puesto tan complicado que cada caso es un mundo, es muy difícil cumplir todos los requisitos». Por dar un dato Lobera dijo que desde que salió la ley todavía no se han contabilizado 250 jubilaciones en la provincia de Huesca y que lo ideal sería comenzar los trámites a los 55 años para que así no quedasen cabos sueltos y pudieran acogerse a esta ley al llegar a los 60 años.
- FOTOS:
- JOVER, S. y CLEMENTE, L.
- PUBLICACIÓN:
- LORDAN, M.A. Los preocupantes cambios del 2000. (1998, marzo). La granja informa… (Asociación de Ex-alumnos de la ECA de Huesca). nº 2, pp. 2, 3.
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