
Como conductor habitual en la capital oscense, no quería menos que resaltar de cómica y poco humana la conducta de un guardia municipal el pasado jueves día 6 de abril.
Eran las 11:30 horas y al sobrepasar la plaza Mesnaderos se salió la rótula derecha de la rueda delantera de mi coche, quedando obstruida la calle. Rápidamente y desde un comercio situado a diez metros avisé a mi compañía de seguros para que me enviasen la grúa. En ese momento llegó un agente, que creí que no menos iba a cumplir con su trabajo favoreciendo el tráfico, ya que la calle transversal estaba cortada por obras. Sin embargo, para show y deleite de los niños que estaban disfrutando de su recreo, insistió en que pusiese mi coche en marcha. Yo insistí en que si llevaba labrados 20 centímetros en el suelo no iba a moverlo más.
Él no miró la rueda, comenzó a exigir papeles que ni miró y comenzó a decir que mandaba a la grúa municipal. Acto seguido se colocó en medio de la acera dificultando el paso de los coches y obligándoles a recorrer el menor número de adoquines de acera, gritando «No consiento que pisen las baldosas». Por si esto no fuese lo suficientemente cómico, prosiguió con los papeles y amenazó de llevar al cuartelillo a uno de los transeúntes que le dijo que su misión era ordenar el tráfico y no tirar tanto de walki-talky. Vamos, que el señor agente le dijo que se fuese de esa calle. Y por cierto, al poco de irme llegó la grúa municipal.
Ojalá que esto sólo sea un caso aislado y que ese afán de ser el municipal Dios se convierta en el agente municipal que da servicios al ciudadano.
- FOTOS:
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- PUBLICACIÓN:
- LORDAN, M.A. Vuelve el circo del municipal (1995, 8 de abril). Heraldo de Huesca. Opinión. En directo, pp. 4.
- LORDAN, M.A. Celo extremado (1995, 7 de abril). Diario del AltoAragón. Opinión. Cartas, pp. 12.
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